La venta ilícita en las escuelas
- Zyanya Fregoso
- 19 abr 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 21 abr 2022
Desde dulces y golosinas, hasta accesorios de belleza o tecnológicos, la compra y venta entre compañeros de clases ha sido una práctica común en las escuelas públicas y privadas del Estado de México.

Esta práctica si bien legalmente no tiene repercusiones en los menores de edad, dentro de las instituciones educativas se suele restringir mediante el reglamento escolar interno. La razón de la negativa a esas actividades económicas entre niños y adolescentes se basa principalmente en evitar que se vendan productos de dudosa procedencia o dañinos para sus compañeros, además que intenta enseñarles a pedir permisos para ofertar productos en ciertas áreas.
Si bien los permisos muchas veces son expedidos por las escuelas de forma que el reglamento de estas no se vea afectado, muchas instituciones educativas tienen una rotunda negativa a estas actividades, causando que los alumnos que venden golosinas o accesorios lo hagan de forma clandestina a riesgo de que sus profesores o directivos les confisquen sus productos.
Aunque si se pone a perspectiva, esta clase de actividades lideradas por niños y adolescentes, les enseñan a estos futuros empresarios a manejar un pequeño negocio, a ser responsables y a administrar su dinero y tiempo.
Las instituciones educativas deberían apoyar estos emprendimientos de sus alumnos, para enseñarles no solo en el ámbito escolar, sino también en el empresarial a impulsar los proyectos en los niños.
Deberían considerarse proyectos creados para estas iniciativas en apoyo a los niños y adolescentes.
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