Malinalco da la bienvenida al fuego nuevo y a miles de visitantes.
- Galilea Genis Rosas
- 24 mar 2022
- 2 Min. de lectura
El pasado 21 de marzo, en Malinalco un municipio del Estado de México se vio inundado de visitantes. Este pueblo mágico tiene como principal motor económico el turismo. Tras la pandemia derivada por el covid-19 la actividad más golpeada fue la turística, ya que sufrió una de sus mayores caídas en más de 40 años.
Las normas de sanidad emitidas por el municipio eran las de usar el cubrebocas todo el tiempo y mantener una distancia de 1.5 metros. El recorrido hacia la zona arqueológica es largo y el sol pegando directamente se vuelve sofocante para los visitantes, quienes desde el inicio de la trayectoria se quitaban el cubrebocas. A pesar de que a mitad del recorrido un encargado solicitaba el uso correcto del cubrebocas en todo momento, los visitantes solo obedecían mientras duraba la advertencia, al estar fuera de la vista del personal la gente procedía a bajar nuevamente el cubrebocas y lo mantenía así durante toda su estadía en la zona. Al llegar al espacio principal, el personal encargado de cuidar y hacer respetar las normas sanitarias estaba completamente ausente, lo que permitía que los turistas recorrieran la zona libremente desobedeciendo todas las normas que les fueron dadas a un inicio.
El límite permitido para ingresar a la zona según las autoridades era de 1500 personas y que cada persona que ingresaba al lugar era contabilizada con una máquina, esto según información que brindó el personal que estaba en la entrada de la zona arqueológica, dato que está en cuestión porque en la entrada sólo se encontraba una persona contabilizando a las personas que pagaban el acceso, conteo que era anotado con palitos en una libreta , las personas que no pagaban por llevar una credencial de estudiante o de INAPAM, eran dirigidas a otro acceso en donde no había ninguna máquina o persona que llevará un conteo por lo cual en realidad no se llevaba un registro correcto de cada persona que ingresaba a la zona rompiendo con las normas que el municipio impuso.
Debido a la baja impresionante de turistas que este pueblo mágico enfrentó, es claro que se requiere de los ingresos, por lo cual el cobro de acceso a la zona es de gran utilidad. Pero el poner los ingresos por delante de la salud de los visitantes deja en claro que el gobierno y las autoridades de salud no están siendo conscientes de la crisis sanitaria que se vive hoy en día y se deberían prestar más atenciones para mantener las restricciones de salud.
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