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El camino no siempre está lleno de éxitos

  • Ricardo Zapata
  • 22 mar 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 24 mar 2022

Por David Euroza y Ricardo Zapata


Jesús Domínguez es un jugador de la cuarta división semiprofesional de la liga TDP o Tercera División Profesional. Pertenece al Club Deportivo el árbol Santa Fe.

Jesús desde muy chico ha estado preparándose para llegar al máximo circuito en nuestro país, desempeñándose en la posición de guardameta y cada vez está más cerca de lograrlo. Si bien es sabido, llegar a la primera división en el fútbol soccer de nuestro país suena casi imposible para jugadores que no han tenido una formación de primer nivel. El arquero mexiquense estuvo a punto de retirarse de las canchas, pues veía lejos el sueño de volverse profesional, pero como se dice en el mundo del fútbol: la pelota rodó a su favor. Una nueva oportunidad con el deportivo Santa Fe recobró su ilusión. Hoy es un elemento indispensable para su equipo. Un ejemplo de superación personal y un orgullo mexiquense.


El día de hoy “Chucho” está con nosotros para platicarnos un poco acerca de todo este proceso deportivo.


Durante la entrevista Jesús comenta que empezó a jugar futbol a los 7 u 8 años en su barrio, con amigos del mismo. Él se escaba de su casa para perseguir su sueño.


Actualmente es guardameta, pero antes de descubrir su posición favorita pasó por muchas más, tales como defensa central y a veces estaba en la media cancha. Para ser portero él cuenta una historia. “Un día faltó el portero de nuestro equipo, entonces, nadie quería suplir esa posición; así comenzó esta bella experiencia, me puse los guantes y empecé a jugar, tuve buenas intervenciones, me gustó que la gente me aplaudiera y salí muy contento, hablé con mi entrenador de ese momento y le propuse que me dejara seguir en esa posición y ahí comencé”.


Una parte importante para él es su familia, tanto su mamá, papá, sus hermanas y abuelos son los que le han dado la fuerza. Él menciona que ellos van a los partidos, su papá es quien no se pierde un solo partido, su mamá se pone muy nerviosa cuando lo ve jugar porque ella le dice que le da miedo que su posición tenga tanto contacto en el área.


“Gracias a dios mi familia ha estado siempre, me ha motivado, me da ese impulso. Estoy muy agradecido con ellos. Son mi principal motivación sin duda el objetivo también es de ellos”.


Jesús Dominguez debe tener un equilibrio entre el fútbol y la escuela. Él comenta que en la primaria y en secundaria era fácil llevar esa vida, pero en preparatoria fue aún más complejo. “Había situaciones en las que se me complicaba mucho entregar una tarea o un trabajo porque era desvelarme, tener en cuenta que ambas situaciones son parte de mi formación es lo que siempre tengo en mente para cumplir a tiempo con la escuela y no faltar a entrenar y llegar con muchas ganas a la escuela y a los entrenamientos, es que tengo claro que las dos me ayudan a formarme”.


Ser un jugador semiprofesional es difícil. Pero para él no hay complicación en cuanto exigencia pues comenta que siempre ha sido muy responsable. “Muchas veces llega a la meta quien es más responsable, el que siempre da el extra. La portería es una posición de doble filo porque puedes ser el héroe o el villano en cuestión de minutos, lo más difícil es mantener el mejor nivel en cada partido, tener una mentalidad fuerte, ser un líder dentro y fuera de la cancha”.


En la vida y en el futbol hay momentos difíciles y Jesús nos cuenta uno de sus peores momentos en su carrera.


“He tenido 2 momentos muy difíciles, el primero es cuando recibí el llamado a tercera división, primero tenía que hacer visorias y pase los tres filtros de prueba, ya me sentía parte del equipo, después de los entrenamientos me dijeron que no, que a pesar de ser buen portero era un rotundo no. Sin darme mayor explicación, fue ahí donde me sentía frustrado, con ganas de abandonar el barco. Luego llego a una filial del equipo profesional de segunda división, Atlante, y el primer partido que disputó, salí expulsado, una vez más me sentía insuficiente para esta disciplina, mi mentalidad y mi rendimiento cayeron. Es donde entro mi familia y entrenadores, levantaron mi ánimo. Aprendí que el camino no siempre está lleno de éxitos, que si fuera así sería aburrido. No todo en la vida está ganado y ni asegurado, es necesario caer para regresar con más fuerza. Agradecido con mi familia y entrenadores quienes no me dejan darme por vencido y creen en mi”.


Por último, ya para finalizar, nos regaló un mensaje para aquellas personas y/o futbolistas que están iniciando o que pasan un mal momento como futbolistas. Para él; la vida es un proceso que consta de pequeños procesos. Se cree que todos los procesos son difíciles, pero no es así, de todos estos se aprende, los procesos difíciles no son para mostrar sus debilidades, sino para demostrar lo fuertes y capaces que somos.


Éstas fueron las palabras de Chucho. Un ejemplo de inspiración y superación para aquellos que están en el mismo camino del fútbol.

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